9/25/2011

Primer día de clases

Fui a una escuela que se llamaba "Estados Unidos de América" y que quedaba en San Martín, provincia de Buenos Aires. Nunca entendí de dónde venía ese nombre, pero nunca lo averigué tampoco. Era una escuela pública y, en su momento, todos decían que era la mejor. Se caracterizaba por su exigencia y porque a los repetidores los echaban. En el año 82, cuando yo empecé, conservaba mucho de la época de la dictadura y los chicos que iban eran hijos de una clase media con pretensiones de vaya saber qué, considerando que todos eran unos pobres tipos del conurbano bonaerense. Los valores principales que fomentaba la escuela eran la competencia y la envidia y mantener las apariencias por sobre cualquier otra cosa.

A mí no me habían mandado ni al jardín de infantes, ni al preescolar. "Para tenerte más tiempo en casa" creo que me respondió una vez mi mamá, cuando le pregunté el por qué. Yo era una nena mimada que no sabía hablar porque no necesitaba saber hablar porque siempre me entendían. Una nena que inventaba palabras y todos en casa se lo festejaban como si fuera algo genial y especial.

Así que la primera vez que aprendí que no era ni genial, ni especial fue el primer día de primer grado. Todavía me lo acuerdo. Me sentaron en un banco con un niño rubio y malvado que se llamaba Carlitos que me mostraba una tijera y me decía que me iba a cortar. Y yo miraba aterrada a ese monstruo con el cual no sabía cómo comunicarme.

Estoy convencida de que ese día fue definitivo para mi vida. Ahí empecé a enfrentarme con el mundo verdadero. Con el guardapolvo blanco, las trencitas, sentada al lado de Carlitos, rígida, dura, derechita, aterrada. Mi mamá y mi hermana me miraban por la ventana. La maestra era una gorda divina, Alicia, que a los meses decía "Melania tiene mejor letra que la maestra". Siempre tuve tendencia a ser la mejor alumna, pero eso está bastante lejos de saber vivir en el mundo.

Pasó toda la escuela primaria y secundaria sin que yo aprendiera a hablar. Recién en la universidad, empecé a comunicarme con mis compañeros, pero jamás decía cosas en clase. Tenía pánico a equivocarme. Tuve que llegar a las clases de guion para empezar a hacer una alumna insoportable que participa todo el tiempo. Y entender que podía decir cosas y equivocarme y que no pasaba nada. Patricio se burla y dice que justo me fui a desquitar en sus clases.

Ahora, cuando mucha gente que me conoce piensa que soy súper sociable y que me atrevo a cualquier cosa, yo me divierto mucho. En estos días pienso mucho en esa niña rígida y mimada sentadita el primer día de clases en un colegio que no tenía nada que ver con lo que yo querría después para mi vida. Esa niña que fui y de la que no me siento muy orgullosa y a la que todavía trato de moldear a mi gusto. Y por estos días también siento que la moldeé de un modo que cada vez me gusta más. Está bastante bien lo que hice con ella. Igual, todavía me cuesta explicarle que las palabras que inventa no son geniales, ni especiales, que tiene que aprender a comunicarse con Carlitos y que no tiene que tener miedo a equivocarse. Pero aunque me dé trabajo, la voy a recordar con cariño mañana lunes.

El otro día una persona me dijo que teníamos que concentrarnos en el futuro y dejar el pasado. Yo no sé si estoy de acuerdo. De verdad, en principio, no tengo idea de qué es lo que debemos hacer. Como siempre, no hay fórmulas. Yo, por mi parte, quiero que el futuro me sorprenda y poder surfear lo que venga, sea bueno o sea malo. Y al pasado me gusta acomodarlo, seleccionar qué guardar y qué tirar y encontrarle un sentido. El fururo es vida. El pasado, literatura.

9/04/2011

Top five ecléctico de canciones sobre llanto

Septiembre, por alegría o por tristeza, es un mes excelente para llorar.

Quería escribir algo maravilloso sobre el llanto pero cómo superar la poesía de Wikipedia que nos cuenta que es un fenómeno secretomotor complejo y que, en promedio, los hombres lloran una vez por mes y las mujeres al menos cinco veces por mes, especialmente antes y durante la menstruación, cuando el llanto puede tener lugar hasta cinco veces más que normal, a menudo sin razones obvias como la depresión o tristeza.

Además, Wikipedia asegura que las lágrimas producidas durante el llanto emocionado tienen una composición química que difiere de otros tipos de lágrima. Están compuestas de cantidades más altas de las hormonas prolactina, adrenocorticotropa, leu-enkefalino y los elementos potasio y manganeso.

Y vos, ¿cuánto potasio, manganeso, prolactina, adrenocorticotropa y leu-enkefalino tenés?

Mejor, vamos al top five. Cortázar dice que la duración media del llanto es de tres minutos. Casi como el de una canción, pienso yo.

1) Roy Orbison- Crying
2) Lee Hazlewood- My baby cried all night long
3) Yo La Tengo- The One To Cry
4) The Cure- Boys Don't Cry
5) Guns N' Roses- Don't Cry