11/06/2012

Tres apreciaciones breves después de ver Ruby Sparks



1) Al verla, es inevitable no pensar en Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, que cuenta casi lo mismo pero mucho mejor.

2) Paul Dano se come la película. Este muchacho es, simplemente, excelente.

3) Me aburre un poco que siempre el neurótico con problemitas para relacionarse sea un escritor. Es verdad, hay muchos escritores neuróticos con problemitas para relacionarse, pero no creo que sea excluyente de la profesión. Por otro lado, parte de lo que plantea la película –el amor como una tensión entre el deseo de quiero que seas como quiero y quiero que no seas como quiero- es aplicable a cualquier persona enamorada, sea escritor, ingeniero, gestor o empleado bancario. Tal vez, la única diferencia es que el escritor, por ser una persona que se dedica a observar a la gente y a reflexionar sobre las relaciones humanas y los sentimientos, tiene algo más de registro sobre eso, lo cual tampoco garantiza nada (a lo sumo es un poco más consciente y  bastante más infeliz).

Dicho esto, obviamente la disfruté y me gustó, aunque, como ya me habían advertido mis amigos por facebook, había que bajar las expectativas para verla. Y tenían razón.

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